Hemoptisis

Si saca más de una cucharadita de sangre, acuda a urgencias inmediatamente.

La hemoptisis significa expectorar sangre de los pulmones. Puede parecer una pequeña cantidad de esputo con vetas de sangre o cantidades más grandes de esputo espumoso de color rojo brillante.

Este es un síntoma relativamente común entre los pacientes con CPA y algunos pacientes con ABPA. Puede ser preocupante las primeras veces que sucede, pero la mayoría de los pacientes llegan a comprender lo que es normal para ellos. Si algo cambia en la cantidad o el patrón de su hemoptisis (o si la experimenta por primera vez), debe informar a su médico, ya que puede ser una señal de advertencia de que su enfermedad podría estar progresando.

La hemoptisis masiva se define como 600 ml (poco más de una pinta) de sangre en el transcurso de 24 horas, o 150 ml (media lata de Coca-Cola) en el transcurso de una hora. Sin embargo, incluso cantidades mucho más pequeñas pueden interferir con su respiración. Si esto sucede, debe llamar al 999 de inmediato..

Si tiene muchas hemorragias grandes, es posible que le receten ácido tranexámico (Cyclo-F/Cyclokapron), que ayuda a detener la hemorragia. Es una buena idea guardar el empaque para que pueda mostrar fácilmente al paramédico exactamente lo que ha tomado.

Ocasionalmente, a nuestros pacientes les resulta difícil comunicar la gravedad de esta situación a los paramédicos y otros médicos, especialmente si no están familiarizados con la aspergilosis. Los pacientes cuyos pulmones están dañados por aspergilosis y/o bronquiectasias pueden deteriorarse rápidamente, por lo que es importante ser firme e insistir en que lo lleven al hospital. El NAC puede darle una tarjeta de alerta en la billetera que incluye una nota sobre esto para los paramédicos.

Si ingresa en el hospital por hemoptisis, es posible que reciba transfusiones de sangre o líquidos. Es posible que necesite una broncoscopia para encontrar el origen del sangrado o ser intubado para ayudarlo a respirar mejor. Es posible que deba someterse a una embolización para detener el sangrado, que se realiza insertando un alambre en un vaso sanguíneo de la ingle. Primero, una exploración ubicará la arteria dañada y luego se inyectarán partículas diminutas para formar un coágulo. En un pequeño número de casos se puede sugerir cirugía o radioterapia.

Más lecturas sobre la hemoptisis:

  •  El ácido tranexámico puede ayudar a reducir el volumen y la duración del sangrado en la hemoptisis, con un bajo riesgo de complicaciones. (Moen y otros (2013))

Curiosamente, los pulmones tienen dos suministros de sangre separados: las arterias bronquiales (que sirven a los bronquios) y las arterias pulmonares (que sirven a los alvéolos). El 90% del sangrado por hemoptisis proviene de las arterias bronquiales, que están sometidas a mayor presión porque salen directamente de la aorta.